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Una clave para la felicidad: LA PSICOLOGÍA POSITIVA
¿Qué es ser Optimista?
El optimismo es el valor que
nos ayuda a enfrentar las dificultades
con buen ánimo y perseverancia ,
descubriendo lo positivo que tienen
las personas y las circunstancias,
confiando en nuestras capacidades y
posibilidades junto con la ayuda que
podemos recibir.
El optimismo es la “propensión a ver y
juzgar las cosas en el aspecto más
favorable”, “la tendencia a ver en todo
el lado mejor”. Es una actitud que
impulsa a las personas a no caer en
apatía, desesperanza o depresión
Daniel Goleman
La principal diferencia que
existe entre la persona optimista y la
pesimista radica en el enfoque con
que se aprecian las cosas: Mientras
que el pesimista se empeña en
descubrir inconvenientes y
dificultades y eso le provoca
apatía y desánimo; el optimismo pone
su empeño en encontrar soluciones,
ventajas y posibilidades. Esta actitud
le impulsa a asumir riesgos y a
desarrollar proyectos y acciones.
“El optimista tiene siempre un proyecto;
el pesimista, una excusa”.
No es más optimista el que
menos fracasa, sino quien sabe
encontrar en la adversidad un
estímulo para superarse,
fortaleciendo su voluntad y empeño.
Lo más destacable de la persona
optimista no es cómo se posiciona
frente al éxito sino cómo responde a
las situaciones negativas de la vida y
al fracaso.
El optimista tiene “un seguro”
de bienestar ante la adversidad.
Características de la persona optimista
¿Cómo es una persona optimista?
1. Muestra una actitud positiva.
La actitud positiva hacia la vida es de
primordial importancia para obtener
experiencias enriquecedoras y es un
prerrequisito para el crecimiento personal.
2. Aprende de los errores.
Cuando los optimistas sufren un fracaso, lo
explican buscando las causas a las que se
pueden poner remedio. Los optimistas
intentan aprender de sus errores y evitarlos
en el futuro. No se culpan por haber
cometido un error. Analizan como causas
posibles de sus fracasos los factores
externos y no tanto por su personalidad.
Claro está que los optimistas hacen una
evaluación realista de las fallas y admiten su
parte de responsabilidad sin entrar a
profundas lamentaciones de porque fallaron.
3. Tiene esperanza.
En el optimista encontramos un factor
importante que es la esperanza, que es una
fuerza motivadora primordial y su
ausencia puede resultar paralizante. Cuando
existen tareas difíciles la esperanza es de
vital importancia que esté presente. La
expectativa positiva de que las cosas
resultaran bien resulta muy benéfico cuando
hay tareas por realizar y que suena difíciles.